este era rodrigo y eran también días del 2005

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a ese hombre le gustaba ser una quimera, propagarse como una onda en mi risa y extinguirse cuando la adrenalina nos hacìa delirar. a ese hombre su neurosis lo tenìa en las cuerdas. y a él le gustaba. se excusaba de todo gracias a ella. esa quimera se creó una neurosis y la adrenalina lo agobiaba, lo culpaba, tal como el cuerpo que es el límite de las alucinaciones. esa quimera entraba por mi boca como un secreto y se iba propagando en mi risa y llegaba siempre hasta donde mi risa llegaba y se terminaba junto a ella. ese hombre me hacìa cosquillas para que existiera. se la pasaba tardes enteras existiendo desde mi boca a mi cuerpo, desde mis dientes a la última costilla. arrasaba conmigo por dentro. me devoraba in crescendo, perdiendo el control, atrapándose en la adrenalina, quebrándose como un cometa. entrampándose en la fuente de los ecos, en la primera reverberación, la más pura. muriendo sin apagarse. odiándose cuando eso pasaba. cuando dejaba rastros para que yo lo siguiera. odiaba sentirse débil y que su neurosis lo derrotara. odiaba sentirse vulnerable y no existir en mi risa, sino que yo en la suya. propagándome tibia por todas sus arterias, ganando tiempo en sus ventrículos hasta la adrenalina. hasta ella.

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